En el último instante Toni Brazza giró su cuerpo. Fue un acto instintivo, el reflejo de alguien que convive con el peligro. Su hombro izquierdo crujió bajo el impacto de una pesada barra de hierro, pero el dolor no le detuvo, se revolvió y hundió su puño derecho en el rostro de uno de sus atacantes, que se desvaneció en el acto, mientras el otro huía aterrorizado. ¡Habían fallado!
Toni se dejó caer en cuclillas y echó mano a su pistola apuntando en dirección al asaltante que escapaba. Respiró hondo y abrió los ojos con fuerza -era consciente de que las fuerzas le abandonaban-. Pese a su esfuerzo, todo se tornaba borroso.
- Un segundo, pensó, un solo segundo para enfocar y ya está. No pudo ser, una pesada oscuridad se adueñó de Toni y el callejón quedó en silencio, como si nada hubiera sucedido.
A menudo los diseñadores también nos encontramos con problemas de enfoque –no para dispararle a nadie, aunque quién sabe-. Después de ajustar una imagen, el último paso es enfocar. Siempre buscamos más nitidez, algo más de detalle. Como Toni Brazza -cada cual en lo suyo-, somos perfeccionistas. After y Photoshop tienen varios comandos de enfoque. En esta nota comentaré sólo el más importante de ellos: “Máscara de enfoque”.