"¿Podría usted presentar otra idea? Esta no nos convence". Todo diseñador ha escuchado esta frase más de una vez. Va en el sueldo, no duele, no hay que darle vueltas, la solución es simple: hay que buscar nuevos puntos de vista, empezar de cero, crecerse frente al reto, recuperar la frescura...
Sin embargo hay momentos que esta fórmula no funciona. El diseñador está convencido que el mundo entero se equivoca, ¡Tengo razón! exclama. A partir de ahí todo es confusión, busca apoyo en compañeros, colegas, familiares, pero su idea -sin duda la mejor-, sólo encuentra un destino: el desván.
A continuación algunas de las ideas que acumulo en ese particular desván. Al verlas, recuerda, eran las mejores.
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